lunes, 21 de diciembre de 2009

HABEMUS SESION

El viernes, después de mi horrenda jornada laboral, aún golpeada por la resaca y la conciencia de mi inconciencia, me fui a terapia…
Greta se rió mucho con mis relatos… Me felicitó por tomar el camino del humor, incluso para cosas dramáticas…
No es que yo elija ese camino, es que no me queda otra… ¿Qué, sino? Meterme en la cama a comer y moquear?! Bueno, muchas veces es una opción… pero, ahora, en este momento, que estoy decidiendo dejar atrás ciertas actitudes que me hacen mal, no queda otra que reír antes que llorar… (vamos a ver cuanto nos dura, no?).
Hablamos un poco de mi autoexigencia en general y me propuso trabajar en eso: moverla de los lugares que le fijo y me llevan a la obsesión, y trasladarla a cosas que me hacen bien…
Sonar, suena divino… pero, ¿cómo se hace?
Por empezar, tengo que pensar qué cosas me obsesionan… Ja! ¿Tenés tiempo?
Sin repetir y sin soplar, empezando ya!
Mi cuerpo, la limpieza, el orden, los hombres que no me corresponden, mis rulos con vida propia, la celulitis, la malla en el verano, el dinero (la falta del mismo), el gas (si lo deje abierto, si lo cerré), las cosas no dichas (y algunas dichas, también)… y podría seguir… son mis propios pensamientos en espiral, devorándome…
“La obsesión es una forma de pensar el mundo”, como dice siempre una amiga mía.
Alguna vez leí en algún lado: “La persona preocupada tiene un predominio del lado intelectual sobre el emocional; vive más en su cabeza que en sus sentimientos. Analiza, piensa constantemente y en su cabeza hay una continua cháchara mental”.
Uh, como que es demasiado cierto eso… A veces quisiera apagar a las vocecitas en mi cerebro, pedirles por favor que me den un respiro…
Y bue, tendré que dejar de pensar nomás… así, quizás, me cambie la suerte…

viernes, 18 de diciembre de 2009

CUANDO UNA YA ESTA MAYOR PARA ANDAR DE FIESTA

Ayer no publiqué ninguna entrada, básicamente, porque no pude…
La cosa es así: el miércoles por la noche tuve la fiesta de fin de año de la empresa… una especie de revuelto gramajo entre los amos y los esclavos, donde la gran mayoría no se soporta durante todo el año, pero, como es época festiva: besos, abrazos e hipocresía a cagar!
Yo, por suerte, igual, tengo mi grupete de charlas y complicidades (todos esclavos, obvio), con los que aprovechamos y les comemos y tomamos todo a los jefes, nos ponemos bien en tono y bailamos y reímos toda la noche, criticando a mansalva a todo aquel que nos hace la vida imposible durante cada jornada laboral (y alguno que no nos hace nada, también, por el solo placer que da, en ciertas ocasiones, ser malo – oh, si!). Casi todos son varones (siempre tuve mayor predisposición a la amistad con los hombres, no sé por qué, pero es así), que nos acusan a las cuatro mujeres del grupo de chusmas y cotorritas, pero tirales un poco de la lengua y te enteras de todo… y si toman una copa demás, hasta te enteras de cosas tuyas que ni sabías!
Después de saciar el estomago con canapés y sandwichitos, y saboreando la tercera copita de champagne, le empiezo a poner un poco más de atención a la música…
¿Qué es lo que pasa con la música que se escucha hoy en día en los eventos sociales? ¿Dónde está escrito que la marcha y el reggaeton son lo más de lo más y le gusta a todo el mundo? Por favor… Con el punchipunchi una no sabe cuando termina un tema y arranca otro, y menos que menos como se baila… Y con el reggaeton… ¿Qué es lo atractivo de ese ritmo, alguien me explica? La música es toda similar, las letras… bue, sin comentarios… “la vecinita tiene antojo, antojo que quiere resolver, el vecinito le echa un ojo, ojo que mira pa comer…” ¿? Y las minitas lo bailan, se menean, lo cantan a grito pelado con cara sexy… Why? ¿Qué necesidad? Tirame un tema ochentoso, DJ y la puta que te parió!
Iracunda por el estilo sonoro de la fiesta, hago lo segundo que una puede hacer en acontecimientos como este: dar una vuelta para tantear el terreno de los solteros a disposición…
A mi me gustan dos nenes… uno es divino, todo así… Es correcto, dulce… y no puede más de lo bueno que está! Baila reggaeton con bastante gracia, y eso me tira un poco la libido abajo, un hombre moviendo sus caderas…mmm… pero, se parte! Entonces, tiene todo permitido… incluso, bordear el ridículo… El otro es más hippon, no sucio, eh, desaliñado… Toma en vaso, nunca en copa (según uno de mis amigos este es un dato trascendental entre los machos alfa: vaso=winner / copa=loser)… y no baila por nada del mundo… Su tarea principal en estas festicholas es la de chamuyar, todo un arte para él… un señor cachivache!
Lógico, se cae de maduro, él que me puede es el segundo… es que tiene los ojos chinos… y a mi los ojos chinos… ahhhhhhh!!!
En mi vuelta los vi a los dos, cada uno en lo suyo… El primero me saludo desde lejos, levantando su copa (sí, ya sé, toma en copa… pero les dije que es muy lindo?), como Romay en el institucional navideño del viejo canal 9, desde donde estaba, como con miedo a moverse… Yo le respondí con mi mejor sonrisa espontánea-practicada y me hice la que estaba interesada en la conversación de un compañero que se la pasa citando capítulos de “Padre de familia”, como si se tratara del Aleph de Borges… Collarcito de bochas, le decimos los íntimos… Cuando ya no sabía para donde sacudir mi cabellera, haciéndome la sensual (siempre en perspectiva al ángulo donde estaba el papurri), alguien me apoya un vaso helado en la espalda…
MANUELA: “Pero, la re p… que lo parió, ¿quién es el forro?”
Era él, el segundo, obvio… Y yo con cara de nada… No lo pensé, lo dije en voz alta… Qué papelón!
CACHIVACHE: “Epa, pero con esa boquita decís mamá?”
No contestes, no contestes lo que contestarías… ¿sabés las de cosas que hago con esta boquita? No, no… no te hagas la gata que no te sale…
M: “Pensé que era uno de mis amigos” (cobarde!) “Perdoname, por lo general no soy de insultar” (mentirosa!)
Después del traspié, la charla surgió fluida, un poco intentándome hacer la linda (me esfuerzo, pero no me da el cuero… no sé como hacen esas mujeres que se pasan todo el tiempo metidas en una pose), un poco cuidando mi catrasquez (de catrasca, sería, yo invento palabras, a veces, se ve que hablo tanto que no me alcanzan las que hay en el diccionario) y tratando de que no se note que me pone nerviosa… Él hacía lo que sabe hacer: parlarme… Yo chocha, mentime que me gusta!
Si bien todo indicaba que mis posibilidades de irme acompañada por este hombrecito eran altas… pasó una más gata y veloz… y allá se fue el pajarito… Volando atrás de un par de botas altas hasta la rodilla y una minifalda casi insultante para las hembras de piernas cortas…
Paren el mundo que me quiero bajar! Tengo el tatuaje en la frente… una L así de grande que no se borra con nada… Y sí, yo tomo en copa, evidentemente!
Con el ánimo alicaído y hastiada del “ven y sana mi dolor” que sonaba de fondo, me despedí de mis secuaces y salí en busca de un taxi.
¿Y a que no adivinan quién estaba en la puerta? No, el papurri no… el cachivache, chapándose a cuatro manos al gato con botas… Buaaaaa!!!
Me fui a la esquina, a ver si tenía suerte y me pisaba un auto, pero no… El que si estaba era un compañerito, de otra área, que hace un tiempo tuvimos un no sé qué… Estaba bastante borracho y yo bastante desesperada, así que entre una cosa y la otra, nos terminamos yendo juntos… a mi casa!
Después de un pasable momento sexual… quería que se convirtiera en pizza! Pero no pasó…
M: “Yo entro temprano mañana, ¿te pido un taxi o te bajo a abrir directamente?” (y si, a veces soy nene).
Le tuve que pedir un taxi y esperar a que viniera, él me abrazaba… a mi no me gusta que la gente me abrace, no es nada personal… No me gusta que me soben… Y menos con el calor, no querido, no, así no!
El taxi llegó, el chico se fue y yo quedé pathethic tirada en la cama… eran las 6.30 de la mañana, los rayos del sol se filtraban por la ventana… No! ¿Saben hace cuánto no me acuesto con la luz del día?
Y no me acosté, me duché, desayuné, tomé mucho café y me dispuse a ir a la oficina…
Pasé un día terrible, con dolor de cabeza, la panza revuelta, ojeras… esquivando al cachivache, evitando al borracho y mirando el escritorio vacío del bombón, que se había pedido el día!
Un espanto… es oficial: ya no estoy para estos trotes!

miércoles, 16 de diciembre de 2009

LA GUERRA DEL UFA VS EL IUPI

Hace tiempo que tengo ganas de empezar a tomar clases de baile. Siempre lo postergo (algo con lo que tengo un evidente problema: la postergación). Pero, en estos días de revisión interna, tomé cartas en el asunto y decidí hacerlo…
Me dio el impulso una amiga, que también tenía ganas de aprender a mover mejor su cuerpo. Estaba chocha, sumergida en páginas webs de academias y demases, cuando mi amiga me comentó que a ella, finalmente, se le complicaba.
Ufa! Ufa! Ufa!
Me irrito bastante cuando planeo algo de un modo y, más después, no se da… Y lo peor, es que me irrita irritarme tanto (sí, ya sé, tengo problemas)… hundirme en mis propias quejas y refunfuños… nononono!
Después de un largo rato, se me va pasando… Llega a mi eso llamado razonamiento y bajo un cambio.
Finalmente, no es culpa de mi amiga que le hayan cambiado los horarios en el trabajo y que decida darle prioridad a otras cosas para su tiempo libre.
En todo caso, soy yo la que tengo que tomar mis propias decisiones, que serían: o ir sola o no ir, básicamente.
Se ve que el mal día de ayer fue suficiente, porque hoy salió el sol y el arco iris y las mariposas y yo decidí hacer lo que quería, aunque careciera de compañía…
Me anoté en las clases de baile… y cuando lo hice, se sumó otra amiga y otra más (a las que nunca les había preguntado si querían ir, claro, porque cuando uno se ofusca no piensa)…
Iupi! Iupi! Iupi!
En esta guerra, al menos por hoy, triunfó el Iupi! Qué bueno, no?!

martes, 15 de diciembre de 2009

BALADA DEL MAL GENIO

Yo creo ser una persona positiva, de esas que siempre ven el vaso medio lleno en vez de medio vacío, que creen en un mundo mejor, en la palabra de las personas, que le dan importancia a las verdaderas cosas, que no recaen en pavadas que a otros les amargaría el día… soy así, naturalmente, no es que me esfuerzo… pero, a veces… es insostenible…
Hay días que me levanto y vaya uno a saber por qué el mundo se vuelve contra mi… y eso sólo puede desencadenar en una hecatombe… piso la cáscara de banana y chau…
No encuentro nada que ponerme, porque, obvio, estoy hecha un tanque y todo me queda horrible… ¿y la cara? ¿Que me pasa en la cara? ¿Por qué tengo granitos a esta edad? ¿Me querés explicar?... Y el pelo… inmanejable…
Ok, tomo coraje y con lo que sea que tenga puesto y mi mejor cara de orto, salgo a la calle… Ya a esta altura casi todo me molesta… La perra (ah, porque tengo una perra de 2 años, hiperquinética y hermosa) hace lo que quiere, parece que ella también tiene un mal día… y a mi me da bronca juntar su mierda, que hoy le salió chirla para colmo… uh, que fastidio y el día recién comienza… Y la perra tira de la correa y a mi me dan ganas de dejarla atada a un árbol… sí, soy horrible… La dejo en casa y me voy a trabajar…
El colectivo que tarda una eternidad en llegar… Total, a quién le importa si es que uno tiene que llegar a horario a algún lado, la gente se caga en todo… Y encima hay tres paradas en el mismo lugar y se te para uno adelante y quizás ves que pasa el tuyo por detrás y ni siquiera para… ahí ya querés matar a alguien, mínimo un crimen tenes que cometer… Bondi atiborrado de gente, olores desagradables, sudores… La irritación corre por mis venas a gran velocidad… Estoy al borde de ponerme a hablar sola y repudiar contra la vieja que no baja la ventanilla para no despeinarse, sin pensar, claro, en los pobres diablos que vamos amontonados como vaquitas al matadero, transpirando sin cesar…
Finalmente, me bajo y camino las dos cuadras hasta la oficina… Odio el microcentro… Un cúmulo de gente que camina sin ganas, sin ansias de nada, como si alguien los moviera con hilitos desde arriba… Me siento una mula… Detesto mi trabajo tan rutinario, sin gracia… Y a mi jefe tan arrogante, tan inepto, tan pelado, tan desagradable… Y hoy con todo gris, también le encuentro defectos a mis compañeros, que en días de otros colores me parecen maravillosos… Y cumplo con mi deber, mi obligación… Puaj… ¿Puede sonar más feo todo eso?
Y después de una jornada completa de insatisfacción llego a casa y decido dejar todo atrás, relajarme un rato mirando la tele… Y me quiero morir muerta! La televisión actual me pone de aún más mal humor… me saca de quicio! Quiero golpear personas, convertirme en Michael Douglas en “Un día de furia” e ir recorriendo canales pegándoles tiros a los incompetentes personajes que pululan por los estudios… Y las noticias?! De terror… uno siente que es mejor vivir adentro de un Tupper… un espanto!
Ya a esta altura del día (o mejor dicho, de la noche), no vale la pena revertir nada… Un baño de inmersión relajante o un sushi riquísimo serían unos completos desubicados en este día nefasto…
Entonces, como nada me satisface como opción para la cena, termino comiendo galletitas de agua medio húmedas con queso crema (o lo que queda del queso crema, rascando el tarro), acompañado de un buen vaso de agua… y de postre unos cereales que dejaron mis sobrinos…
No hay onda ni para una ducha… tan sólo me lavo los dientes sin ganas, me miro por última vez en el espejo (como para grabarme mi cara amargada, será?!) y me meto en la cama… (deseando que el maldito insomnio no decida atacarme esta vez… es que cada tanto me visita, se queda molestándome horas y horas el muy insoportable)
“Mañana será otro día” (siempre me decía mi abuela)… esperemos que no sea otro día de mierda!

viernes, 11 de diciembre de 2009

Diario de Terapia - Primera sesión

Esta semana volví a terapia. Después de más de 3 años de la última vez que lo intenté. Volví por propia voluntad, no por algo puntual que me acontecía.
Es mi tercer intento (sin contar a la psicopedagoga que me “solucionó” el temita de hacerme pis en la cama a los 5 años, jugando al memotest… sisi, lo juro, jugando al memotest… no sé que tendría que ver, pero se ve que si yo me acordaba donde estaban los dos caballos, los dos perritos, y así sucesivamente, controlaba esfínteres).
En fin, decía… es mi tercer intento. Dicen que la tercera es la vencida… ¿quedaré “normalita” nomás esta vez? ¿O no se podrá con mi locura?…
Mi primera terapeuta me caía bastante mal. A mi segundo terapeuta… creo que era yo la que no le caía muy en gracia a él. Y esta tercera… bueno, creo que está más loca que yo y eso hizo que me caiga genial… vamos a ver qué pasa.
En esta primera sesión me pidió que me presente y hablamos de cuál era el motivo de mi visita, claro.
“Me llamo Manuela, tengo 29 años, trabajo como secretaria para un empresario (no me gusta lo que hago ni un poco, pero me permite vivir relativamente bien), estudie fotografía (pero nunca ejercí profesionalmente) y soy sola… y vengo porque hay actitudes mías que quiero corregir o comprender o intentar convivir con ellas al menos, si no queda otra…”
¡Horrible! Presentándome así no voy a llegar a ningún lado…
Se ve que Greta, mi psicóloga, pensó lo mismo y me tiró una soga en forma de varias preguntas… ahora, no sé si la soga era para ahorcarme o salvarme… porque mis respuestas…
GRETA: “¿Cómo es tu relación con este trabajo que no te atrae?”
MANUELA: “Eh… (una mierda, pensé… pensé pero no lo dije) bastante mala… a ver… mi jefe es un déspota, un pelado sin vida propia con cara de tortuga embalsamada que lo único que sabe hacer es tratar mal a todo el mundo, se cree superior porque tiene guita y es un perfecto idiota…inútil, claro, tiene el puesto no la capacidad… te quiere explicar lo inexplicable y su lema es que las cosas se hacen como él dice (aunque estén mal hechas)… me enferma trabajar así, porque me puede no gustar lo que hago, pero si no me queda otra que hacerlo, lo hago bien… pero, es una lucha perdida, y me saca de quicio, me invade con su veneno y su hostilidad y yo me voy de ahí hecha un trapito… llevándome conmigo toda esa mierda… la verdad, la paso para el orto” (y si… lo dije)
G: “¿Y por qué seguís ahí?”
M: “Y… eso me pregunto yo todos los días cuando salgo… pero, al día siguiente siempre vuelvo… No sé, supongo que no consigo otra cosa mejor… o quizás, no sé hacia donde ir…”
G: “¿Qué te gusta hacer?”
M: “¿En qué sentido?”
G: “Como actividad, como una alternativa laboral… Si pudieras elegir… ¿de qué trabajarías?”
M: “Las cosas que a mi me gustan hacer no dan el dinero suficiente como para vivir como vivo… o para vivir, básicamente… pagar un alquiler, impuestos y demás…”
G: “Aha… (Qué miedo cuando sólo te dicen “aha”… una no sabe si es bueno o malo) ¿Y qué serían esas cosas? ¿La fotografía?”
M: “Sí, claro… la fotografía me apasiona, desde chica que siento una atracción especial por ver el mundo a través de una cámara… pero, nunca tuve suerte con eso… Apenas termine los estudios, me quise independizar lo más rápido posible y tuve que salir a buscar un laburo que me mantuviera… y después, me fui alejando cada vez más…”
A esta altura de la charla ya me estaba sintiendo bastante deprimida y tenía ganas de salir corriendo (algo en lo que me especializo, las huidas), pero Greta supo llevarme por diversos caminos y me ayudó a sacar conclusiones productivas… ¡que ansío poner en práctica!
Como percibió que si bien soy un ser verborrágico, me cuesta sacar las cosas de adentro y decirle al mundo lo que pienso, me propuso armar un diario de terapia, algo así como un cuaderno de anotaciones de mis delirios, pensamientos, miedos y etcéteras… Y me propuso que si me animaba a ir por más, ese diario podía ser un blog, donde yo explayase mi corazón y mi cabeza, para compartirlo con quienes quisiera…
G: “Puede resultar muy interesante…”
Así que… acá estamos… y que sea lo que sea…