domingo, 21 de marzo de 2010

ALL INCLUSIVE… ALL!

La madrugada del último domingo de febrero partí rumbo a Salvador de Bahía – Brasil.
El vuelo fue ameno, dormí casi todo el viaje, apoyadita contra la ventana que dejaba ver un amanecer tranquilo… ahí iba yo, solita con mi alma, a conocer por primera vez las encantadoras playas brasucas.
El trayecto del aeropuerto hasta el hotel – en Praia do Forte – lo hice en una combi salida del mismísimo infierno… bah, en realidad el conductor parecía poseído y creía estar en la Fórmula 1… como manejaba, mi dios!!! Llegué con el estómago dado vuelta… pero, llegué… y me olvidé de todo, todito, todo…
El hotel era precioso, el lugar paradisíaco… el ambiente destilaba paz, tranquilidad, relax absoluto…
Una vez que me pusieron la pulserita mágica, sólo fueron puertas abiertas… comida, bebida… todo libre!
Eso sí, lo que no estaba incluído, tenías que gatillarlo… y te arrancaban la cabeza con los reales… Al principio, sumida en tanta quietud estuve estupenda… pero, al cuarto día, quizás, me dieron ganas de saber en qué andaba el mundo… Quise chequear los mails y me cobraban el minuto un ojo y medio de la cara!!! Olvidate del mundo ya, mi querida! Allá él con sus cosas…
Lamentablemente, sí había cable… y tuve que ver la triste noticia de Chile… que cosa más horrorosa… cuánto dolor y angustia, no? Y todo sucede así, en un instante… Definitivamente, te hace pensar en cómo vivir la vida… Y qué es la vida? Los días, el recorrido, dice una personita que conocí hace tiempo y siempre me pareció muy sabia… Abrazo virtual y fuerza para los hermanos chilenos, de corazón…
Cambiando el eje, los días fueron fantásticos, mucho sol, mucho calor… el mar y la playa: irresistibles, sobre todo para este pececito siempre con sed acuosa!!! La otra opción era una piscina impresionantemente inmensa, que invitaba a vivir en ella… Fui feliz, mucho! El agua es mi fuente de vida, sin lugar a dudas…
Los días transcurrían rutinariamente descontracturados… me solía levantar temprano, debe ser porque estaba bien descansada (eso diría mi abuela), después de dormir en una cama king size yo solita, toda despatarrada… Seguía un desayuno riquísimo, completísimo, variadísimo (yo amo los desayunos y las meriendas, para mi deberían ser proclamados las comidas principales, y quedar como optativas, almuerzos y cenas)… Luego, búsqueda de reposera: alternamos… un día mirando al mar, otro cerca de la piscina… que debate! Compañía de un buen libro… y tipo 11, como segundo breakfast: marche una caipirinha sabrosa! Si aún la relajación no había abordado mi cuerpo, era ese el momento en el que el flojor de mis piernitas me confirmaba: se fue el stress a volar a otro lado! Shhh, no pienses en nada… Que bueno!!! Pero, yo sigo siendo yo… y siempre pienso… Pero, bue… enseguida, venía la seguidilla de chapuzones, como para enfriar el coco… un ratito la mare, otro la pile… entre medio una duchita quita arena/saca cloro… Hay cosas que no tienen precio! Cuando empezaba a picar el bagre, las opciones de verduras, mariscos y pescados para el mediodía me dejaban dispuesta a una digestión obligada… Comer algunas frutas exóticas, contemplando la belleza de las olas dibujando en la orilla y escuchando en mi mp3 música bella (eso era imperativo, porque ellos sólo ponen su música – no tengo nada en contra de la bossa o de algunos interpretes en particular, pero la clásica musiquita brasilera de final de fiesta… nonono, y todo el tiempo… please, no?!!), era una de mis predilecciones para la hora de la siesta… Más agua para pasar la tarde… Más tragos: siempre quedarán en mi recuerdo esas caipirinhas, esos mojitos con decoraciones llamativas, los drinks imposibles de pronunciar pero capaces de hacerte olvidar de todo… que bueno es el alcohol cuando quiere, eh?! Me hice amiga de los barman al toque, una noche, le dejé a uno una propina tan grande (me cuestan las cuentas, y más si estoy entonada; le erré con el cálculo del cambio) que debería haberme seguido por todo el hotel con la coctelera… Alrededor de las 19 ya estaba oscuro y la cama gigante de la habitación con aire me llamaba a dormitar un rato… Repuesta, cena y show… Lo malo de los shows es que eran únicamente en portugués y de repente, se te ponía uno a hablar y??? Zarazaaaaaaaa… Pero, después irrumpía la buena vibra musical, y los cuerpos danzan todos en un mismo idioma… Al culminar, a seguir el caminito a la habitación, lo más derechita que se iba pudiendo… Y zzzzzzzz… Estructura básica, pero efectiva…
Ustedes dirán… y los hombres? Yo me decía lo mismo… Sola en un hotel internacional, lejos de casa, con la adrenalina que hierve la sangre cuando una está en otro país y dice: má, sí, qué me importa, me pongo esta bikini chiquitita que jamás me pondría en la costa atlántica bajo las miradas de urracas del género femenino en general… Pero, no, che… la cosa anduvo floja… Voy a tener que cambiar de agencia de viajes, porque me mandaron a un hotel muy divine, pero con mucha familia dando vueltas, mucho chiquilín chapoteando en la pileta, matrimonios mayores, parejas gays, grupos de amigas recién divorciadas y cosas por el estilo… Había algún que otro pelandrún solo… casi siempre brasilero… quizás compraba el paquete, un morenito bonito es antojo de cualquiera… pero, no hay con que darle al chamuyo argento… Los brasileros te quieren comprar por el lado del baile, de los movimientos sensuales… pero a la hora de dialogar son medio gilunes… además, nunca voy a saber esto: porque nosotros les entendemos casi perfectamente lo que nos dicen y ellos nos miran al hablar español como si fuese una lengua perdida del siglo pasado?!! Estamos al lado, loco!!! Copate, ponele onda… Y una se ve a si misma, haciendo morisquetas casi contorsionistas, hablando en portuñol horriblemente y se te cae todo… No podes parar de pensar: uh, que difícil va ser garchar esta noche con este alcornoque?! Y por otro lado, al verte sumida en esa batalla lingüistíca y física, deliberás: se pensará que tengo problemas neurológicos graves o se dará cuenta de mi esfuerzo?! Complicado… así que: celibato total!
Pero, los hombres igual estaban, siempre están… en mi cabeza, loca cabeza… Juan, Agustín, Mariano… Piedra, papel o tijera…
También medité sobre otras cosas, lógico… en mi trabajo, en mi futuro, en mi presente… en mis ganas, en mis quiero, en mis puedo, en mis necesito, en mis deseo, en mis sueños…
Se vienen vientos de cambio, presiento, anhelo…
“Oh, qué será, qué será / o que nao tem certeza, nem nunca terá / o que nao tem conserto, nem nunca terá…”
CONTINUARA.-

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