miércoles, 7 de abril de 2010

RELATO DISCONTINUO DE MIS VACACIONES

Marianita, no me mandes carta a documento… acá está Meme de nuevo… I´m back! Ya se sabrá el por qué de tanta ausencia, pero ahora, sigo con mis vacaciones, que quedaron interrumpidas y por la mitad…
Al día siguiente de volver de Brasil, partí rumbo a la costa con Amparo y Loli, dos grandes amigas… Nos fuimos en el auto de Amparo, como si fuésemos una nueva versión de los Campanelli!!! Con varios bártulos, el perro de Amparo y mi perra… con las piernas inmovilizadas, pero con la panza llena de mate, música de ruta y unas sonrisotas inmensas en la cara!!
No fuimos muy afortunadas en lo que respecta al clima, debo decir… la mayoría de los días estuvieron nublados, otros soleados pero fríos y/o ventosos, y dos veces tuvimos que lidiar con la señora lluvia… pero, fueron unas vacaciones de amigas, de esas que una disfruta sin hacer nada en particular, solo compartiendo charlas y risas y cosas de chicas!
Con Amparo es la segunda vez que veraneamos juntas (la anterior fue el verano pasado) y con Loli hemos compartido varias temporadas, pero de más adolescentes…
Nuestros días consistían en levantarnos y… comer! Por suerte, Loli disfruta de cocinar – sino, Amparo y yo, si es por nuestro arte culinario, viviríamos a rotisería, pizza, arroz con atún, salchichas, tortilla – mi única especialidad – y pastel de papas – la única de Amparo - así que comimos bastante variado y sano, dentro de todo… Loli tiene esas cosas de madre, del detalle en la alimentación, de comer equilibrado… pero, tampoco faltaron los churros rellenos ni las picadas ni las facturas ni… la mar en coche! Sí, lo admito… comimos como si se viniese el fin del mundo… pero, y si se viene, que?! No nos vamos a ir al otro lado con una lechuga y un tomate en el estómago, no? Y, lógico, siempre está la bendita justificación para abrazarnos: “y bue, estamos de vacaciones”…
También hablamos mucho, hicimos sesiones largas de terapia grupal, analizamos a los hombres, los criticamos… Amparo está separada - ya tramitando el divorcio - y Loli está… cómo decirlo? No sé, porque ni ella ni su ex novio - aún compañero de cama varias noches a la semana – lo están sabiendo… Y mi situación ya la conocen… Así que sí, los defenestramos tanto como los añoramos… somos patéticas, somos mujeres… qué complicación!!
Yo analizaba… mientras ellas comparaban idas y venidas de la vida en pareja… viendo todo esto… sabiéndolo a ciencia cierta… qué hago buscando un hombre para instalar en mi vida?! No estaré mejor así? Solita? Mmm… Todo un dilema… Da para debate largo… y me da fiaca, estoy de vacaciones!!!!
Como el tiempo no es tiempo durante el período de descanso, lo despilfarramos a nuestro antojo y meditamos sobre cosas en las que uno ni piensa el resto del año… como por ejemplo, esas cosas típicas del disfrute vacacional costero que no existen siquiera en la ciudad… A saber: los churros… sí, uno puede llegar a conseguir en alguna panadería de capital un churrito perdido entre las tortitas negras, pero el churro, el churro como culto de la playa, con el señor que lo vende en su bicicleta o esas churrerías donde te lo rellenan a la vista… no lo ves en la gran urbe… por qué misteriosamente uno se pierde por esta delicia llena de grasa sólo cuando está con las patas en la arena?! Y los alfajores?! Quien entre el agobio del tránsito y el stress de la oficina puede encontrar en un alfajor un refugio? Quién puede pensar que un alfajor puede ser un buen regalo para alegrarle el día a alguien?! Nadiesssssss… Y, sin embargo, es el souvenir más requerido en cualquier balneario… La gente se lleva cajas para obsequiar como si fuesen virgencitas de Luján!!! Y los videojuegos?! Yo no creo haber visto, salvo en la época dorada de Sacoa, casas de videojuegos en las calles de Buenos Aires… Y que alguien venga y te diga al atardecer: “che, nos vamos a jugar unos fichines?!”…?! En cambio, en las cuatro cuadras que tiene el centro de mi lugar de veraneo, hay un video al lado del otro… repletos de gente… como si fuese la meca del Pacman o algo así… Esas cosas raras, que quizás nadie se pregunta… pero, nosotras estábamos bastante al pedo y además ligamos unas florcitas voladoras… y bue, ahí andábamos con estas preguntas existencialistas de poca monta! Igual, lo mejor, lo mejor… fue el análisis de la canción de María Elena Walsh… la clásica y aburrida “Manuelita”… Manuelita que tenía menos autoestima, la pobre… Cambiar por un hombre, lo peor que podes hacer, tortuguita! Y, el meollo del “listening and comprehension” llegó con la siguiente frase: “… con su traje de malaquita…” ¿? Que catso es “malaquita”?! Toda una vida cantando una canción sin saber siquiera si era una palabra existente, mucho menos sabiendo su significado… Para Amparo (está conversación la tuvimos nosotras dos, caminando por la orilla del mar con nuestros respectivos canes) se trataba de un tipo de tela, o sea, tenés el corderoy, la lycra y la malaquita… Para mi era como tipo de haraposita… digo, teniendo en cuenta el contexto de la canción… Como que se va crota a Paris para el extreme makeover… Finalmente, al llegar a la casa, le comentamos el asunto (el asunto, por favor, lo que es estar al gas) a Loli, quien nos respondió como quien da cátedra de algo: “La malaquita es un mineral, un tipo de piedra de color verde, que se asemeja a un caparazón de tortuga”… Ah, bue… esa la googleaste!!! Mira si vas a ir por el mundo sabiendo lo que es una malaquita… No te la cree nadie!!!
Y hablando de Google… o de Internet mejor dicho, ese fue un asunto difícil… Loli llevó su cositito de Internet móvil, pero no hubo caso, no enganchaba nunca… y fuimos una tarde a chequear los mails a un Cyber, pero… imposible! La conexión que ellos tienen es lentísima y es la única de la zona… Estás 15 minutos sólo para abrir tu casilla, un calvario! Así que por eso, anduve hiper lost durante los días que estuve ahí… pero, igual tenía mi laptop y me explayé en un Word… escribiendo estas boludeces y otras cosillas que acontecieron y leerán a continuación…

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