miércoles, 7 de abril de 2010

VACACIONES EN LA PLAYA II - MEME THE BOY

Yo siempre fui varonera…
Toda mi vida me llevé mejor con los varones que con las mujeres… voy a los hechos…
Durante la primera infancia mis relaciones eran mayoritariamente familiares, no había más que un círculo dividido entre la familia de mi mamá y la de mi papá… en esta última yo compartía el rincón infantil de las reuniones con muchos primos, pero con dos de ellos - varones, de la misma edad – era con los que me “tocaba” jugar… y no sólo jugaba a cosas de nenes, sino que me encantaba… tengo un recuerdo puntual: mi hermana jugaba con mis primas y las muñecas articuladas, mientras yo me deleitaba con mi primo y su barco de He Man… Del lado materno yo era la más pequeña de los primos… por ende, hacían conmigo lo que querían… y entre otras cosas, mis hermanos mayores y mis primas, jugaran a lo que jugaran ejercían su poder de superiores en el linaje y a mi me tocaba ser, por ejemplo, David de Los Parchis… Cómo sucedía esto? Simple… Mi hermana dirigía toda la batuta y seleccionaba los personajes: ella, primera, obvio, se autonominaba como Yolanda, la más linda del quinteto (ah, porque yo di por sentado que todos sabían de que hablaba cuando puse Parchis… ese grupito de jóvenes niños españoles que vinieron a robar acá y cantaban “parchis, chis, chis, parchis, chis, chis, es el juego de colores que cantamos para ti…” y filmaron películas, etc…); después, muy chupa medias, determinaba que mi prima mayor era Gemma, que a pesar de no ser tan agraciada físicamente como su personaje, era, básicamente, la otra mujer del conjunto… Mi hermano, por descarte, era Tino… Mi otra prima, a la que mucho no le estaba importando el juego, era el colorado de mameluco azul… Y yo era David, la “ficha blanca”… y el que mejor se movía, a mi criterio… Lejos de enojarme por mi suerte, me esmeraba en desempeñar mi rol con orgullo y gracia…
Fuera de la parentela, estaban los vecinos… y yo, si bien había varias niñas de mi edad, tenía un “mejor amigo”, al que manejaba a diestra y siniestra… Y con el que jugaba a las escondidas y a la mancha – nada de elástico, tan femenino…
Durante las temporadas de veraneo también solía enfocarme en el sexo opuesto… y no sólo tenía a mi amigo Juancito, que siempre hacía lo que yo proponía y era mi compinche, sino que me peleaba, como si fuera un pibe de potrero, con otros varones de la zona… Me encantaba jugar en los médanos, treparme a árboles y hacer carreras de lagartijas… Tomar el té con los bebotes… Mmm… te lo debo!
Yo quería ser como BJ, manejar un camión, viajando de un lado a otro, con mi chimpancé… Blancanieves? Blancanieves cuál era?! De terror lo mío…
A medida que el tiempo pasó, seguí teniendo el mismo modus operandi… Las nenas con las nenas, y Meme con los nenes…
Otro dato: 12 años… yo era parte del pre- equipo de natación de un club… donde entrenaba duramente bajo las órdenes de dos profesores del género masculino, junto a 10 compañeros… varones! Me acuerdo que en esa época me “hice señorita” y me quería matar! Le decía a mi mamá que no iba a volver nunca a entrenar, porque las veces al mes que faltara por el “asuntito” todos me iban a gastar… casi como si fuera maricón!
Durante mi adolescencia me costaba relacionarme con los hombres como eso, hombres… o, mejor dicho, verme a mi como mujer… Yo era uno más siempre! Y me resultaba muy fácil acercarme a los pibes desde ese lugar… pero nunca sabía cuándo y cómo comportarme como nena… y, gustar, como por decir algo…
El tema era cuando me quería salir de la zona del “amigo”… no sabía hacerlo… creo que aún hoy no he aprendido la táctica para conseguirlo… Y a su vez, a pesar de haber compartido tanto con ellos, haberlos analizado de cerca… aún no puedo con ellos, no logro entenderlos… son como jeroglíficos eternos…
No sé por qué me surgió esto estos días… quizá por mi relación con los hombres hoy por hoy…

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