viernes, 2 de julio de 2010

REFLEXION DE FINAL DE SEMANA

Otro viernes que llega, podría ser un viernes más, pero se siente distinto…
Quizás, sea porque la tarde se conserva cálida y bastante radiante para ser invierno…
Quizás, sea porque no me urge tanto el escape del mundo que implican sábado y domingo, ya que mi lunes a viernes fue más que reconfortante…
Quizás, sea una cosa… o la otra… o una distinta… u otra diferente… o, quizás, no sea nada…
Yo me siento rara… pero, rara bien… rara lindo…
No estoy obnubilada con ninguna fantasía telenovelística con Juan, pero decidí que tampoco voy a ponerle una carga dramática que no está necesitando…
Fluyo, fluyo como el río… como el agua que soy… espero seguir siendo río, o arroyo, o cascada… y no caer en ser lágrima, agua de zanja o retrete…
Juan y yo encajamos en este momento, en este lugar… y es eso, aprovechar la situación y vivirla…
Los problemas no se fueron, no desaparecieron, están ahí… sólo que no son tan importantes, tan preocupantes… mi cabeza ahora está ocupada con algo más trascendental: conmigo!
Me toca a mi jugar… y el resultado da igual!
Juan me eriza la piel, me hace reír, me devuelve a mi esencia, me deja ser… y, creo que algo yo le provocaré, porque sigue viniendo, estando…
Agustín fue bloqueado por mi sistema.
No importa que pase con Juan o deje de pasar, tapé con liquid paper al papurri de mi vida.
Yo me confundo fácil y lo que menos estoy queriendo es hacerlo aún más… y Agustín es un derroche de desconcierto.
No es sencillo evitarlo en la oficina, pero él colabora bastante haciéndose el que no me ve.
Y bue, mejor así…
Mariano reculó un poco su distancia… anduvo preguntando inquieto por mi humor tan rozagante…
De mi, no obtuvo más respuesta que una sonrisa…
De los chusmas del trabajo, ni idea… Hace rato que dejé de lidiar con los telepasillos.
Allá él con sus curiosidades…
Mi foco de atención masculino está centralizado en Juan en este instante… quiero disfrutarlo, regodearme en eso…
Anoche logré que toque para mi…
Estábamos en su casa, escuchando música… nos pusimos a canturrear un poco – yo tampoco lo hago tan mal – y, de repente, me encontré arengándolo a que me muestre sus habilidades musicales…
Se puso en tímido… y me lo quería comer!
Al fin, se animó… buscó su tesoro más preciado: su guitarra… y me entonó “Trátame suavemente”, de Soda Stereo…
No hubo bises, pero sí besos… muchos besos!!!
“No quiero soñar mil veces las mismas cosas / ni contemplarlas sabiamente / Quiero que me trates suavemente” -

No hay comentarios: