domingo, 31 de enero de 2010

GOLPE DE CALOR

Yo soy una personita casi hipotensa, o sea, mi presión arterial es mínima y pende de un hilo los días agobiantes de calor… Por lo general lo manejo, ya son años de lidiar con esto, y tengo mi kit siempre a mano para ponerme pum para arriba… pero, el viernes no hubo Gatorade, ni algo salado ni dulce que me levantara… Horrible!
Estaba en la oficina, lidiando con unos papeles aburridos, cuando me empecé a sentir flojita… al principio tipo adormecida, después ya sentía que me temblaban las rodillas y que no podía dejar de sudar… me quise levantar y el mareo fue tremendo, sentí que el cuerpo me iba para un lado y el alma para el otro.
Se ve que mi malestar se reflejaba en mi rostro, porque una compañera enseguida se acercó y me preguntó si me sentía bien, a lo que le respondí con un movimiento pesado de mi cabeza. Me ayudó a sentarme y pidió ayuda… Agustín fue uno de los primeros en aproximarse y recomendó que me levantaran las piernas – cosa que fue un trastorno, ya que estaba de pollera y sin leggins y creo que tenía una bombacha horrorosa (qué estupidez, no? Una está al punto del infarto pero piensa en esas cosas: por qué no me habré puesto la tanguita linda esa que me regalaron para navidad y no este bombachudo espantoso, que me agarra todo pero es casi una abominación para el mundo de la lencería?! Yo creo que, en mi caso, la culpa la tiene mi abuela, que siempre me decía cuando iba a salir: “¿Tenés la bombacha limpia? Mirá, si tenés un accidente…” – la cosa más absurda del universo, si tengo los órganos para afuera después de que me atropelló un camión, lo menos que me va a importar es que me vean la braguita con alguna mancha indeseada, no les parece? Se ve que a mi abuela no, y tanto me lo dijo, que me creo un trauma… y acá estoy, con los ojos que se me van para atrás, intentando levantar las piernas con estilo y evitando que alguien vislumbre el tamaño de mi bombacha! Rídicula!).
Con mis piernas sobre el escritorio, mi compañera abanicándome con un expediente y Agustín yendo a buscarme una Coca Cola… se me empezó a revolver el estómago. Avisé que prefería pasar al baño, ya que tenía un poco de ganas de vomitar. Mi compañera y el cachivache, que se había acercado a darme una mano en cuanto lo vió a Agustín tan voluntarioso – son de manual -, me ayudaron a ir hasta el baño privado del despacho de mi jefe.
Todos los demás especulaban a mi alrededor: “es agotamiento por calor, no viste que estamos en alerta naranja?!”, “mmm, mareos y nauseas… no estará embarazada?!”, “para mí que le bajó el azúcar en sangre de golpe”, “es que está haciendo una dieta y andá a saber, quizás no comió nada en todo el día”… Como les gusta, aves de carroña!!!
Una vez en el baño, pedí estar sola… no es cuestión de andar dando un espectáculo de fluidos. Todos salieron enseguida - y sí, no los culpo… Todos menos Mariano, el cachivache…
MARIANO: “Cómo te voy a dejar sola, y si te descompensás y te desmayas?! No me voy a horrorizar de nada, sabés las veces que quebré y me pasé la noche abrazado a un inodoro?!”
Poco feliz el comentario, puede ser… pero, en ese momento me pareció de lo más dulce que me habían dicho jamás! Igual, morí de vergüenza e insistí un poco más para que se vaya. Pero no lo hizo. Ante esta actitud, Agustín – que ya había regresado con la gaseosa – se quedó parado en el umbral de la puerta, con un pie adentro y con el otro dispuesto a salir corriendo! En cuanto largué mi primera bocanada de restos alimenticios, Agustín tuvo una arcada y salió disparado cerrando la puerta detrás de él. Mariano me sostuvo la frente todo el rato, y con la otra mano me acariciaba la espalda, mientras me decía: “Ya pasa, ya pasa… vas a ver que ahora te vas a sentir mejor”. Si no fuese porque la situación era tan engorrosa, casi podría decir que fue uno de mis momentos románticos por excelencia… Nunca ningún chico me había cuidado así, fue muy tierno – creo que más aún porque se trataba del cachivache, no me hubiese imaginado un gesto así de alguien como él… Mala, Meme, mala… No hay que prejuzgar jamás!
Una vez concluida la odisea vomitisea, Mariano me ayudó a levantarme y a lavarme la cara – que tenía hinchada como un sapo reventado. Cuando salimos del baño, mi jefe entró a corroborar que todo estuviese en orden – fue lo mejor de todo, vomitarle el trono inmaculado a ese hijo de perra! Ya habían llamado a emergencias y un señor desagradable vestido de ambo me esperaba en mi escritorio. Me tomaron la presión – inexistente – y, tras una charla con el pelado incompetente, me recomendaron irme a casa a hacer reposo. El diagnóstico: golpe de calor!
Mariano se ofreció a llevarme, pero no le permitieron salir – macanudos! Así que casi me obligaron a llamar a alguien para que se hiciera cargo de mi persona. Según el seudo-médico, era recomendable que no me dejaran sola, por si me desmayaba. A los veinte minutos, mi hermano mayor estaba en la puerta del edificio, dispuesto a llevarme a casa. Durante la espera, Mariano me hacía bromas sobre nuestro momento íntimo en el baño, y Agustín miraba desde lejos, recalentando entre sus manos la botella de Coca. No sé muy bien porque me molestó su actitud, pero me molestó!
Una vez en mi hogar, me di una ducha y me recosté. Mi hermano se quedó a cuidarme un par de horas, hasta que le di el visto bueno y se retiró tras darme unas cuantas recomendaciones. A todo esto, mis padres – que están de vacaciones en la costa – llamaron cien veces para corroborar que aún seguía con vida y me hacían jurarles que nada iba a pasarme mientras ellos estuvieran lejos. “No te preocupes, mamá, vos decime que día volvés, que me reprogramo las descompensaciones”…
Sola y en paz, me dormí una linda siesta, con el aire acondicionado al mango. Cuando me desperté, prendí el celular. Tenía tres mensajes: MARIANO: “Tas viva? Siempre me imaginé que algo íbamos a hacer juntos en el baño del jefe, pero mis fantasías eran más divertidas. Si necesitas que te sostenga la cabeza, no dudes en llamarme. Aprovechá y descansa. Te mando un beso”. Me reí y me quedé pensando un rato en otras cosas más interesantes que podíamos hacer juntos en ese mismo lugar! Se me ocurrieron varias… / AGUSTIN: “Estás mejor? Espero que sí. Me diste un buen susto. Nos vemos el lunes”. Te dí un buen susto?! Qué se supone que es un buen susto… no termino de entender si es algo bueno o malo… y, de cualquier forma, no se notó, querido, no fuiste capaz de reaccionar ante nada, espero nunca descomponerme cuando vamos a correr, porque sos capaz de dejarme abandonada en las casitas de cartón de los vagabundos del parque! Idiota! Me enchoté, no importa lo hermoso que seas, un hombre que no tiene siquiera la valentía de socorrer a una damisela en apuros… Nono! / El tercer mensaje era de una amiga que se ofrecía a venir a pasar la noche conmigo y ejercer de enfermera. Cosa que acepté, no tanto por sentirme mal, sino por no aburrirme en demasía…
Con ella analizamos toda la situación, enalteciendo la caballerosidad del cachivache y defenestrando la cobardía del bombón ante un poco de vómito…
El sábado me sentía mejor y, a pesar de que la pileta no estaba muy limpia – debido a la lluvia de la noche anterior –, me la pasé sumergida ahí. Mi amiga se encargó de la dieta con sal y me hizo tomar un jugo de remolacha espantoso para levantar mi presión – un remedio casero de su abuela… prefiero a la mía y sus bombachas intactas! Feo o no, debo reconocer que funcionó…
A la noche volví a quedar solita… y me la pasé pensando en Mariano… me hubiese gustado tener el valor para llamarlo y pedirle que me cuide un ratito! Me hubiese gustado…
Me dormí en el sofá, con Chavela, mi perra, echada a mis pies… y soñé que el cachivache, nos custodiaba a las dos, sentado al otro lado del living… Sweet dreams, Manuelita, sweet dreams!

3 comentarios:

Mariana dijo...

Quizás en el 2010 se nos haya decolorado un poco el azul de nuestro príncipe, pero está.

Maldito Gluten dijo...

JAJAJA!! me hiciste acordar de algo parecido q me paso, hace años... tuve un stresson (yo tambien invento palabras) y me bajo la presion, estuve inconciente unas horas, fue feo, pero la anecdota es: cuando el medico llego y trato de despertarme me sacudio y yo me desperte llorando y lo unico que le decia era: se me corre el rimel...jajaja!!! la tipa estaba hecha mierda pero el glamour ante todo!!! besos

Meme dijo...

jajajaja... me hiciste reir mucho!!! yo una vez - cuando me rompi los dientes tras el tequila y me corte toda, bue, fue muy desagradable la escena - termine en un hospital y mientras me daban suero y me curaban, me dio frio y mi papa me trajo algo para abrigarme los pies y le pegue un grito: "estas loco vos, ese sueter es nuevo y me salio carisimo, mira si se me ensucia con sangre!"... mapaaaa!!! jajaja un beso